60 aniversario de la primera cirugía de bypass coronario

El pasado 23 de noviembre pudimos celebrar el 60º aniversario de la cirugía de bypass coronario, tal y como la conocemos hoy en día. Se trata de una de las técnicas vigentes, de cualquiera de las especialidades quirúrgicas, con mayor recorrido, gracias a un profundo perfeccionamiento y excelencia de resultados.

Y es que podemos denominar al bypass coronario como una “maravillosa técnica quirúrgica”, ya que la restauración de circulación coronaria se trata de una maravilla quirúrgica de la que nuestra especialidad debe sentirse orgullosa. No obstante, el camino seguido no estuvo exento de dificultades, superadas por pioneros que hoy merecen un homenaje en la celebración de esta efeméride.

La evolución de la cirugía coronaria se remonta a más de 100 años, comenzando con Alexis Carrel en 1910, quien introdujo la idea de restaurar la circulación coronaria y desarrolló las primeras técnicas de anastomosis vascular que se aplicaron a grandes vasos. Sin embargo, el hecho de poder asumir una microcirugía anastomótica estaba aún lejos de poderse llevar a cabo. Es por ello que se plantearon otras alternativas para la revascularización miocárdica como en 1935, cuando Claude Beck mejoró el suministro de sangre al miocardio mediante la colocación de pedículos musculares y grasa pericárdica. En 1946, Arthur Vineberg implementó la técnica con el injertado de la arteria mamaria interna izquierda (AMII) en el ventrículo izquierdo, lo que consiguió mejorar los síntomas de angina en algunos pacientes donde, gracias a la creación de microcirculación, conseguían repermeabilizar distalmente lesiones coronarias como pudo observarse en algunas angiografías realizadas décadas más tarde. Sin embargo, este procedimiento fue eventualmente reemplazado por la anastomosis directa de la AMII a la arteria descendente anterior (DA) por Kholesov, si bien fue inicialmente realizado como rescate de una situación de isquemia intraoperatoria.

El avance de la cirugía coronaria siguió parejo al de la revascularización de los miembros, tratando de reproducir las mismas técnicas empleadas con microcirugía. En 1956, Charles Bailey realizó endarterectomías coronarias en humanos. En el Texas Heart, Dietrich propuso la creación de cajas e instrumental específicos para reproducir estas técnicas en la circulación coronaria, popularizándose el aforismo de “si no puedes abrir una lesión (por endarterectomía), bypaséala”. Pero el avance significativo llegó en 1958 en la Cleveland Clinic con Mason Sones, quien desarrolló la angiografía coronaria, imprescindible para la comprensión y el planteamiento de la estrategia de revascularización. Y fue en esta misma clínica, con la coincidencia junto a Mason Sones de René Favaloro, cuando se catapultó la cirugía de bypass coronario (con venas safenas) al procedimiento estandarizado que hoy todos conocemos y que, actualmente, celebramos. Para ello, el reporte de la primera cirugía de bypass coronario exitosa se produjo en el 23 de noviembre de 1964, abanderado por Michael Ellis DeBakey.

Durante los siguientes años 60 hasta finales de los 90, la técnica se caracterizó por el progresivo refinamiento con la ampliación del abanico de injertos y la evolución apoyada en una medicina basada en evidencia, que permitió posicionar a la antigua anastomosis AMII-DA como al mejor predictor independiente de supervivencia en la revascularización miocárdica en los años 80. Alain Carpentier y la escuela australiana introdujeron el uso de la arteria radial en 1971, aunque su uso inicial fue limitado por altas tasas de fallo, que posteriormente nos han llevado a mejorar su utilización en la actualidad gracias a enseñanzas como las aportadas por Christophe Acar con las técnicas de extracción de injertos “no-touch”.

En la época más reciente, la cirugía coronaria se centró en su evolución hacia la  mínima invasividad y la revascularización híbrida. Se desarrollaron técnicas como el bypass coronario directo mínimamente invasivo (MIDCAB, inicialmente con Antonio Calafiore y, posteriormente, con Valavanur Subramanian), la revascularización miocárdica sin circulación extracorpórea (OPCAB) e incluso el bypass coronario totalmente endoscópico (TECAB).

En definitiva, muchos han sido los que han contribuido a lo que la cirugía de bypass coronario es hoy en día. Pero uno de sus artífices, René Favaloro, dejo una inspiradora reflexión que homenajea el camino recorrido: “sólo los que recorremos estos pasillos sabemos que además de nuestro trabajo, dejamos aquí parte de nuestras vidas”. Sea el esfuerzo de todos los que seguimos siendo cirujanos, motivo de celebración y orgullo 60 años más tarde.