En la madrugada del 29 al 30 de marzo de 2000, el equipo de Cardiología y Cirugía cardiaca del hospital Miguel Servet de Zaragoza logró una hazaña médica histórica: el primer trasplante de corazón en la comunidad autónoma. Veinticinco años después, la unidad ha realizado un total de 202 operaciones de este tipo, siendo la última precisamente en el mismo aniversario. Esta cifra no solo refleja el avance de la medicina en Aragón, sino también el compromiso y la dedicación de un equipo médico que ha salvado innumerables vidas
Todo comenzó con un simple, pero decisivo, mensaje: «El corazón vale». El 29 de marzo de 2000, dos pacientes aragoneses se encontraban en lista de espera para un trasplante de corazón. Ese día, la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) alertó al hospital sobre la disponibilidad de un órgano compatible en el hospital Virgen de la Arrixaca de Murcia, tras el fallecimiento de un paciente de 49 años por una hemorragia cerebral. De inmediato, se activó todo el equipo médico necesario: 27 personas, entre cirujanos, enfermeras, perfusionistas y anestesistas, se prepararon para la operación. A las 21:30 horas, el corazón estaba listo para su extracción, y a las 23:15 horas, el equipo zaragozano partió hacia Murcia para realizar el trasplante.
En cuanto el órgano fue extraído, el receptor, un hombre de 53 años llamado Eduardo, ya esperaba en el quirófano del hospital Miguel Servet. A pesar de la urgencia y la presión del momento, Eduardo pasó casi media hora sin corazón, un hecho que el cirujano Francisco Martínez, líder del equipo de Cirugía cardiaca, jamás olvidará. Finalmente, a la 1:30 de la madrugada, el corazón fue implantado y la operación se completó con éxito.
El proceso de trasplante de corazón ha avanzado significativamente desde entonces. La intervención en sí sigue siendo compleja y precisa. A día de hoy, el procedimiento consta de la extracción del órgano del donante, su transporte y la preparación del receptor en el quirófano. El corazón debe ser implantado en un máximo de cuatro horas desde su extracción para garantizar su viabilidad. Tras la cirugía, los pacientes son sometidos a un seguimiento exhaustivo, comenzando en la UCI, pasando por planta, y finalmente recibiendo tratamiento inmunosupresor en su hogar para evitar el rechazo del órgano.
El trasplante de corazón de 2000 marcó el comienzo de una nueva era para la medicina cardiovascular en Aragón, pero también subrayó la importancia de la coordinación. En ese primer caso, la Policía Nacional colaboró en el traslado del órgano desde Murcia hasta Zaragoza, garantizando que el corazón llegara a tiempo para su implantación. Este trabajo conjunto entre diferentes instituciones ha sido crucial en los 202 trasplantes realizados hasta la fecha.
El jefe de la unidad de Cirugía Cardiovascular, Carlos Ballester, destaca que, a pesar del paso del tiempo, el procedimiento sigue siendo similar. «La coordinación es esencial», asegura, explicando que mientras se realiza la extracción del órgano, el receptor debe estar preparado para recibirlo en el quirófano, lo que requiere una planificación meticulosa.
A lo largo de 2024, Aragón completó ocho trasplantes de corazón, y en lo que va de 2025 se han realizado cuatro, sumando un total de 37 trasplantes en el primer trimestre de este año, incluyendo riñón y hígado. Estos logros demuestran que, 25 años después, el trasplante de corazón sigue siendo una opción vital para muchos pacientes, gracias a la dedicación y el esfuerzo de un equipo médico que, día tras día, convierte el acto de donar vida en una realidad tangible.
Este aniversario no solo es un homenaje a los pacientes y a sus familias, sino también a todos los profesionales de la salud que han hecho posible esta historia de esperanza y superación.