Los profesionales del Hospital Álvaro Cunqueiro se enfrentaron el pasado 1 de mayo a una situación de extrema dificultad médica y con muy pocos casos a nivel internacional en los que poder fijarse: una embarazada en la semana 24 de gestación ingresó de urgencia con un síndrome aórtico agudo. En concreto con una disección aórtica: la pared interior de la arteria más importante del cuerpo se desgarra, la sangre se filtra entre las capas de la aorta y las va separando. Es una emergencia con una mortalidad muy elevada en las primeras horas. Y ella sufría el tipo A, la variante de peor pronóstico.
Este tipo de situaciones requieren una intervención quirúrgica urgente. Pero la situación era especialmente delicada al estar embarazada. Dada la gravedad de la situación vital de la madre y valorado las opciones de viabilidad fetal, el equipo decidió realizar una cirugía cardiovascular sin cesárea previa.
La operación fue realizada por los cirujanos cardíacos Francisco Estévez y Rocío Casais, con los anestesiólogos José Luis Barreiro e Iria de la Torre, y la implicación de un amplio grupo multidisciplinar de profesionales, entre los que había personal de Enfermería, Cardiología, Obstetricia, Neonatología y Radiodiagnóstico.
La cirugía, a pecho abierto -con una incisión a través del esternón- , implicaba interrumpir «temporalmente el flujo sanguíneo durante aproximadamente 30 minutos», tal y como explica el Sergas a través de un comunicado. Con una máquina extracorpórea, sustituyeron temporalmente las funciones del corazón y de los pulmones. Preservaron los órganos vitales de la madre y el feto con una hipotermia controlada a 28ºC y un estricto manejo de la presión arterial.
Sana y con buena evolución
La paciente evolucionó favorablemente y recibió el alta hospitalaria 14 días después. El embarazo continuó y «la niña milagro» nació el 5 de agosto también en el Álvaro Cunqueiro con una cesárea programada. La bebé está sana y evoluciona normalmente y sin complicaciones.
El Sergas destaca que es un «hecho excepcional en Galicia», ya que se trata de «la primera niña nacida en la comunidad tras una cirugía de aorta con parada circulatoria durante la gestación». Apunta que, a nivel internacional, los casos descritos son muy escasos. Aplaude el «logro médico excepcional al conseguir salvar la vida de una mujer gestante y garantizar el desarrollo satisfactorio de su bebé tras una intervención quirúrgica de máxima complejidad» y atribuye el éxito a la «excelencia y coordinación del trabajo multidisciplinar». Resalta la «capacidad de respuesta del centro ante situaciones de extrema dificultad».