Presentamos en el siguiente informe los datos correspondientes a la cirugía cardiovascular en España durante el año 2018. Se trata del 30.° año en que desde la Sociedad Española de Cirugía Torácica-Cardiovascular se realiza el esfuerzo por obtener de la manera más fiable y consistente los resultados de mortalidad y riesgo quirúrgico de manera global y desglosado por intervenciones. El número de centros participantes se mantiene estable y representa la casi totalidad de los centros donde se realiza cirugía cardiovascular. Se trata de un registro anónimo y voluntario de datos agregados.
Durante el año 2018 se realizaron un total de 34.318 procedimientos en los servicios de Cirugía Cardiovascular incluidos. Se realizaron 23.141 procedimientos de cirugía cardíaca mayor (21.082 procedimientos de enfermedad adquirida y 2.059 de enfermedad congénita); 20.717 de estos procedimientos se llevaron a cabo con el apoyo de la circulación extracorpórea (CEC).
Los datos desglosados de procedimientos de cirugía de las cardiopatías congénitas (2.059) se presentan nuevamente en un informe específico. Por otro lado, el registro específico de trasplante cardíaco dispone de su propio informe.
Dentro de los 21.082 procedimientos de cirugía cardíaca mayor de enfermedad adquirida, la cirugía valvular aislada fue la más frecuente (9.571 procedimientos), seguida de la cirugía de revascularización coronaria (5.085 procedimientos), cirugía de la aorta (2.397 procedimientos), cirugía mixta valvular-coronaria (2.155 procedimientos), otros procedimientos misceláneos con CEC (1.121 procedimientos) y cirugía de complicaciones mecánicas del infarto (141 procedimientos). También se reflejan datos de implante de válvulas transcatéter, cirugía vascular periférica e implante de dispositivos de electroestimulación que forman parte de la actividad de diferentes servicios de cirugía cardiovascular en el país.
Los resultados de este registro muestran una estabilidad en la práctica clínica diaria en los últimos años si bien como podrá ser observado existe una considerable variabilidad interterritorial y entre distintos centros. La mortalidad observada es muy ajustada al riesgo estimado en la gran mayoría de las enfermedades analizadas. La valoración objetiva de estos datos es fundamental para una adecuada evaluación de la calidad de la atención dispensada a los pacientes afectos de enfermedad cardiovascular y es una potente herramienta de mejora.