El complejo hospitalario realiza anualmente más de 360 intervenciones de cirugía cardiovascular, de las que aproximadamente 320 son con cirugía extracorpórea
El servicio de Cirugía Cardiovascular del Complejo Hospitalario Universitario de Canarias, adscrito a la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias, ha realizado recientemente la intervención número 7.777 a corazón abierto o con circulación extracorpórea desde que se realizara la primera de estas cirugía en marzo de 1984.
La cirugía con circulación extracorpórea consiste en establecer una conexión entre las arterias y venas principales del paciente utilizando una máquina que permite al cirujano detener el corazón cuidadosamente sin interrumpir la circulación sanguínea, pues de esta forma la oxigenación de la sangre no se lleva a cabo en los pulmones, sino en el oxigenador de esta máquina.
El HUC realiza anualmente más de 360 intervenciones de cirugía cardiovascular, de las que aproximadamente 320 son con cirugía extracorpórea. Este tipo de cirugía está indicada en pacientes con enfermedades válvulares o coronarias en las que, de acuerdo con las recomendaciones actuales y tras ser discutido con el servicio de Cardiología en sesión médico quirúrgica, se adopta el acuerdo de la intervención quirúrgica como mejor solución para cada caso.
También los aneurismas aórticos, algunas cardiopatías congénitas, tumores cardíacos e infecciones cardíacas pueden beneficiarse de estas técnicas.
Este equipo, formado por seis cirujanos cardíacos, tres perfusionistas, cinco anestesistas especializados y personal de Enfermería muy cualificado, es de referencia en la provincia de Tenerife y ha ido incorporando nuevas técnicas en su cartera de servicios conforme a la progresión de la ciencia médica y de la ingeniería.
Hace unos meses, en colaboración con el servicio de Cardiología y con otros servicios cardioquirúrgicos, llevaron a cabo una intervención pionera en Canarias para reparar la insuficiencia mitral que permitía restaurar un adecuado cierre de la válvula mitral sin necesidad de parar y abrir el corazón, ni de conectarlo a una máquina de circulación extracorpórea, minimizando así riesgos, tiempo quirúrgico y tiempo de estancia hospitalaria.