Aunque el trasplante cardíaco sigue siendo el tratamiento «gold standard» de la insuficiencia cardíaca (IC) en etapa terminal, la situación actual es muy distinta a la de hace una década. Los donantes y los receptores siguen cambiando en términos de edad y comorbilidades, con una disponibilidad y calidad de los corazones en disminución en todo el mundo.
En España, uno de los países líderes en donación de órganos, se realizan unos 300 trasplantes de corazón al año. La cifra no es desdeñable, pero los expertos consideran que nos hemos «acomodado». Ven difícil que aumente, y auguran una tendencia a la baja. Así, se empieza a apostar por otras estrategias que antes se consideraban como «puente» al trasplante, como los dispositivos de asistencia ventricular izquierda (Davi). Hablamos de ello con Sebastián Rojas, cirujano cardiotorácico en el Heart and Diabetes Center NRW Bad Oeynhausen (Alemanscular y Endovascular (Secce).ia), uno de los centros del mundo donde más Davi se implantan al año, que ha estado en Madrid para asistir al XXVII Congreso de la Sociedad Española de Cirugía Cardiova
¿Cuál es el estado actual de los dispositivos sustitutos del corazón de larga duración?
Los dispositivos actuales son más pequeños, más duraderos y han reducido las complicaciones como la trombosis y los accidentes cerebrovasculares. Actualmente, el HeartMate 3, de Abbott es el único Davi disponible, tras la salida del Hvad de Medtronic. En los últimos años, los resultados con el HeartMate 3 han mejorado significativamente, como demuestra el Estudio Elevate, que arroja una supervivencia superior al 60% a los cinco años después del implante. Sin embargo, todavía enfrentamos problemas con las infecciones vinculadas con el dispositivo, ya que no disponemos de aparatos completamente implantables.
¿Cuál va a ser el camino en cuanto a corazones artificiales?
El dispositivo Aeson, de Carmat, es una innovación prometedora. Aunque su distribución fue interrumpida temporalmente para mejoras tecnológicas, actualmente está disponible nuevamente. La mayoría de los pacientes no requieren un sustituto completo del corazón y se benefician con un Davi. Sin embargo, en casos muy graves de fallo biventricular, disponer de un dispositivo como el Aeson es crucial.
Cada vez hay menos corazones disponibles y se prevé que la situación vaya a peor. ¿Cree que los dispositivos artificiales acabarán sustituyendo al corazón humano trasplantado?
Es probable que los Davi jueguen un papel cada vez más importante en el tratamiento de la IC avanzada, especialmente debido a la escasez de corazones disponibles. Sin embargo, es difícil que sustituyan completamente al corazón humano trasplantado en el corto plazo. Sin embargo, seguirán siendo una opción viable en un número creciente de pacientes como terapia de destino. Por otro lado respecto al trasplante cardíaco, la donación en asistolia (DA) es otro enfoque que ha aumentado la disponibilidad de órganos para trasplante. En este proceso, los órganos se recuperan de donantes que han fallecido por paro cardíaco irreversible y no por muerte cerebral.
En España ha crecido mucho…
Efectivamente, España es uno de los 23 países del mundo donde se realiza, y se ha convertido en una fuente importante de órganos. Este tipo de donación requiere una coordinación precisa y el uso de técnicas innovadoras para minimizar el tiempo de isquemia y maximizar la viabilidad de los órganos.
¿Qué cantidad y calidad de vida le ofrece a un paciente un corazón artificial?
Los dispositivos actuales han demostrado proporcionar una supervivencia significativa (60%) y mejorar la calidad de vida de los pacientes. Eso es muy prometedor, pues los pacientes con IC avanzada sin tratamiento tienen un altísimo riesgo de mortalidad precoz. Además, la reducción de complicaciones cerebrovasculares y la mejora en la tecnología han permitido a muchos pacientes llevar una vida relativamente normal y disfrutar de la mayoría de las actividades cotidianas.
¿Cómo ve el futuro?
Con optimismo. El futuro de los trasplantes y dispositivos cardíacos parece dirigirse hacia una mayor integración de la tecnología en el tratamiento de la insuficiencia cardíaca. La competencia entre distintos productores ha sido siempre un motor para la innovación y el desarrollo tecnológico. Confío en que dispondremos de una mayor variedad de dispositivos en el mercado, lo que mejorará las opciones de tratamiento para nuestros pacientes.
En este ámbito probablemente veremos una mayor miniaturización y biocompatibilidad de los dispositivos. Las investigaciones se están centrando en mejorar la durabilidad y la funcionalidad de los aparatos, así como en desarrollar materiales que minimicen la respuesta inflamatoria del cuerpo. Además, las tecnologías de sensores y la inteligencia artificial podrían integrarse para monitorizar y ajustar continuamente el funcionamiento del dispositivo, mejorando así los resultados del paciente.
¿Cree que mejorarán los resultados de los xenotrasplantes?
Son una opción prometedora. El xenotrasplante cardíaco, el trasplante de un corazón de una especie animal a un ser humano, enfrenta varios desafíos significativos. Entre ellos, el rechazo inmunológico, la compatibilidad genética y el riesgo de trasmisión de infecciones zoonóticas. Recientemente, en EE UU, se ha tratado a dos pacientes con corazones porcinos genéticamente modificados. Aunque ambos fallecieron debido a complicaciones relacionadas con el injerto, esta tecnología está en constante desarrollo y espero que pronto obtengamos mejores resultados.