El aumento progresivo de las operaciones quirúrgicas que emplean la técnica TAVI para sustituir una válvula aórtica dañada, en su gran mayoría por calcificación en los velos de apertura y cierre, ha llevado a cirujanos y cirujanas vasculares y cardiovasculares a empoderarse en su especialidad para dominar por completo un procedimiento mínimamente invasivo que es imprescindible para las personas enfermas mayores de 70 años