Un trasplante parcial de corazón que evita cirugías posteriores que crecen con los niños. Así ha sido la operación a la que se ha sometido la pequeña Mariami, de siete meses, y que tan solo ha tenido que pemanecer dos días en la UCI.
El Hospital Gregorio Marañón de Madrid ha aplicado una técnica novedosa en España y pionera a nivel europeo. Y a la cabeza de este trasplante parcia ha estado un navarro: el jefe del Servicio de Cirugía Cardiaca Pediátrica de dicho centro hospitalario, el elizondarra Juan Miguel Gil-Jaurena.
La técnica ya se dio a conocer el pasado verano pero no ha sido hasta este mes cuando se ha llevado a cabo la primera cirugía. La pequeña Mariami se recuperar ahora en planta.
Este innovador enfoque, subrayan los expertos, permitirá que la válvula pulmonar que se le ha implantado crezca junto con la niña «evitando múltiples cirugías en el futuro» (lo que ha ocurrido hasta ahora con los trasplantes de corazón en bebés, que han tenido que irse adaptando al crecimiento de los menores).
En este caso, se ha requerido la combinación de otras dos técnicas en las que el Gregorio Marañón también ha sido centro pionero: ha impulsado con grupos sanguíneos incompatibles entre donante y receptor y una donación en asistolia (corazón parado) controlada. Se trata, por tanto, de un procedimiento de «especial complejidad» que se convierte en un «hito triple en cirugía cardiaca infantil», ya que que fue el primer centro a nivel nacional en implementar las dos citas técnicas en 2018 y 2021, respectivamente.
PARTE DEL CORAZÓN
Se trata de una técnica avalada por la Oficina Regional de Trasplantes de Madrid y la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) y consiste en trasplantar solo una parte del corazón (válvulas) a niños que requieren cirugía de recambio valvular pero no presentan un fallo del músculo cardiaco que requiera un trasplante completo de corazón. Actualmente, estos niños reciben implantes valvulares fabricados con materiales que no crecen con el cuerpo, lo que les obliga a enfrentarse a varias operaciones a lo largo de su vida.
La válvula pulmonar que se ha implantado, apunta Juan Miguel Gil-Jaurena, proviene de un corazón de las mismas características de un trasplante convencional. «Pero evitará las sucesivas cirugías que requerían los niños que recibían implantes de materiales biológicos, ya que esos conductos no crecen con el niño», recalca el cirujano.
La innovadora estrategia permite trasplantar tejido valvular humano procedente de un corazón donante y el conducto implantado puede crecer con el niño, lo que abre la puerta a «una solución duradera». «Se verán beneficiadas malformaciones congénitas en las que las válvulas cardiacadas no se han formado adecuadamente y condicionando un malfuncionamiento grave que requiere su reemplazo y cardiopatías congénitas graves con un único torno arterial». En España nacen alrededor de 4.000 niños al año con cardiopatías congénitas, lo que representa alrededor de diez bebés al día. Afecta a uno de cada cien nacimientos y es la malformación congénita más frecuente.
La directora general de la Organización Nacional de Trasplantes, Beatriz Domínguez-Gil, ha resaltado que este procedimiento supone un «ejemplo de cohesión de nuestro Sistema Nacional de Salud». «Gracias a la colaboración de los equipos de coordinación de trasplantes de España, desde la ONT pudimos detectar el donante adecuado. Gracias a la familia del bebé donante por permitir ofrecer una nueva vida».
MÁS DONACIONES EN BEBÉS
Esta nueva técnica permite también un mayor aprovechamiento de las donaciones de corazón infantil «que son muy limitadas». «Siempre se priorizaran a los niños que precisen un trasplante de corazón total convencional, con esta estrategia se abren tres nuevos escenarios para optimizar el uso de las donaciones. Se pueden beneficiar del trasplante parcial uno o dos niño, en función de las válvulas que haya que sustituir».
El trasplante parcial de corazón va dirigido especialmente a los niños más pequeños que requieren un reemplazamiento valvular, ya que son los que más se benefician de un solución con capacidad de adaptación al crecimiento corporal. «Estamos ofreciendo una alternativa que podría convertirse en la primera opción de tatamiento en el futuro. En el caso de no encontrar donante se realizará la cirugía habitual, como hasta ahora», concluye Gil-Jaurena.

