Especialistas del hospital dirigen la formación para operar sin abrir el pecho
Hace más de un año que recibieron el encargo de la Sociedad Española de Cirugía Cardiovascular, y desde el 27 de noviembre lo tienen en marcha. «En noviembre del 2019 nos concedieron la organización del curso, y este año en el Chuac estábamos especialmente interesados porque era sobre técnicas transcatéter y terapias endovasculares, es decir, para poder operar las válvulas del corazón o la aorta sin necesidad de abrir el pecho», explica Víctor Mosquera, cirujano cardíaco y director, junto al doctor José María Herrera, de un programa formativo que, pese a las limitaciones impuestas por la pandemia, ha desbordado todas las expectativas.
Las clases se dirigen de forma específica a los 80 residentes de cirugía cardíaca que se están formando en la actualidad en España, pero el programa despertó tanta expectación que se han apuntado también los médicos en formación de otras especialidades, desde cardiólogos a cirujanos vasculares, radiólogos…. Eso engarza bien con el lema que inspira esta forma de continuar aprendiendo y entrenándose en nuevas técnicas, ya que el lema del curso es Juntos somos más fuertes. «En este abordaje es importante la visión transversal y multidisciplinar, que beneficia más al paciente», explica Mosquera.
Si el covid no hubiera puesto todo patas arriba, las clases serían presenciales y en el Chuac ya lo tenían todo preparado para instalar simuladores robotizados con el objetivo de que los médicos-alumnos pudiesen practicar esta forma de operar menos invasiva. No pudo ser y se impuso la única alternativa posible, la vía online. «No pudimos traer a los residentes que hay en España, pero decidimos hacer un curso de formación más avanzado y hemos conseguido la participación de primeras figuras mundiales, de EE. UU., Europa y también nacionales», recalca.
Pacientes más mayores
Estas formas menos agresivas de intervenir permiten a los cirujanos tratar a pacientes que no soportarían una cirugía convencional. «Conseguimos operar a octogenarios, y de ahí para arriba, personas con muchas comorbilidades que tendrían un riesgo enormemente alto para una someterlos a una cirugía abierta, y lo hacemos con una mortalidad baja y con recuperación muy rápida», señala el especialista.
A lo largo del curso, los alumnos tienen que completar un denso y exigente programa, en el que abordan técnicas para tratar las válvulas aórtica, mitral y tricúspide sin cirugía abierta, y también algunas que todavía no se aplican en España, como el tratamiento endovascular de la aorta ascendente. Para ello, cuentan con las enseñanzas de un destacado experto, el doctor Ali Khoynezhad del Memorial Care Heart & Vascular Institute, del Long Beach Medical Center, en California.
«Es una limitación importante no poder coger experiencia con las manos, la pandemia ha cortado las alas, pero entonces decidimos buscar un elenco de ponentes que pudiesen llevar a los residentes desde lo más básico, como el proceder inicial o los materiales fundamentales, hasta las técnicas más avanzadas, la prevención de problemas durante los procedimientos… Todos son casos muy prácticos e incluso se expondrán métodos de medición y planificación con reconstrucción 3D; esto no hace ni cinco años la tecnología no nos lo permitía», subraya el co-director del curso.
Para ello, se servirán de las ventajas de contar con importantes bibliotecas de imágenes captadas en quirófanos híbridos (como los existentes en el Chuac y en el Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo) y de la experiencia de los propios docentes.
«A mí, personalmente, me parece muy interesante poder analizar los problemas que pueden ocurrir en el quirófano y cómo solucionarlos; a veces hay complicaciones que suceden una vez en la vida, y hay colegas que tienen una experiencia por volumen de casos muy valiosa, con capacidad resolutiva y con soluciones ingeniosas… Se trata de aprender para saber salir de cada apuro», resume.
Los participantes, además de completar el curso, serán evaluados al final mediante un cuestionario aleatorio de entre las preguntas planteadas por los propios ponentes. «Tienen que superar el 70 % de respuestas correctas para obtener la acreditación», subraya sobre las exigencias del programa formativo.
El coruñés es uno de los centros con mayor volumen de intervenciones
Practicar un recambio de válvula aórtica a un hombre de 88 años y que al día siguiente esté paseando por la planta es algo que cada vez con mayor frecuencia ven en el Chuac, asegura Mosquera, que da más ejemplos de lo que supone cambiar una cirugía abierta por una endovascular: «De estar semanas en el hospital a irse a casa en cinco días y poder volver a ir a la compra, a hacer tareas en el hogar… por no hablar de que se trata de ampliar las posibilidades de tratamiento a gente que antes no se operaba por riesgo quirúrgico».
En el Chuac iniciaron la cirugía endovascular de aorta torácica descendente de forma rutinaria en el 2003. «Hacemos también el arco aórtico, somos pioneros y muy activos. Hemos pasado de una cirugía agresiva a hacerlo sin parar ni el corazón ni los pulmones, con lo que el sangrado, el riesgo de infección y la estancia se reduce enormemente». Sin contar la parte abdominal, hacen unos 40 casos al año y unas 200 reparaciones valvulares aórticas..
Por ahora, no las aplican para la aorta ascendente, ya que «la mayoría de los pacientes que lo requieren necesitan algún procedimiento más y a día de hoy no está disponible la técnica endovascular. Son pacientes que requieren abordajes complejos y no hay tecnología fiable 100 %, de hecho no hay prótesis diseñadas específicamente para aorta ascendente. Son enfermos muy seleccionados y a los que hoy en día operamos con cirugía abierta con buenos resultados», apunta.
El Chuac, que junto con el Hospital Central de Asturias acostumbra a lidera el ránking nacional de cirugías mayores, por encima de 700 al año, se ha resentido también este año por la pandemia. «Hemos bajado la actividad, aunque curiosamente en trasplantes no, pero no hemos dejado de operar y se dispararon las urgencias», señala.