Hasta ahora, la mayoría de los estudios que comparan TAVI y cirugía se han basado casi exclusivamente en procedimientos realizados por vía transfemoral. En este contexto, este trabajo destaca por ser la serie más amplia que analiza específicamente el acceso transcarotídeo como vía de implantación en el grupo TAVI.
El trabajo incluyó 786 pacientes (352 SAVR y 434 TC-TAVI) tratados entre 2010 y 2023. Tras un emparejamiento por propensión (1:1), se analizaron 182 pacientes por grupo, con una edad media de 75 años y una puntuación STS de aproximadamente 3,6%, es decir, un perfil de riesgo bajo-intermedio. El objetivo primario fue un combinado de mortalidad, ictus/AIT o rehospitalización relacionada con el procedimiento o la válvula a los 30 días y al año, siguiendo los criterios VARC-3.
A los 30 días, el evento compuesto fue significativamente menor con TC-TAVI (4,3%) que con SAVR (12,6%; HR = 2,93;p < 0,05). Durante la hospitalización, la cirugía presentó más sangrado mayor, fibrilación auricular de novo (40%) y lesión renal aguda grado 2–4, mientras que el grupo TC-TAVI mostró más complicaciones vasculares y mayor necesidad de marcapasos definitivo (15,9 % vs. 4,4 %). La estancia media fue más corta con TC-TAVI (4 vs. 7 días).
A un año, no hubo diferencias significativas en el compuesto primario (19,7% SAVR vs. 12,7% TC-TAVI; HR = 1,64; p = ns) ni en mortalidad o ictus por separado. La rehospitalización relacionada fue más frecuente tras cirugía. Además,la hemodinámica valvular resultó más favorable con TC-TAVI (área valvular media 1,84 cm²; gradiente 11,7 mmHg) frente a SAVR (1,47 cm²; 14,4 mmHg).
Los autores concluyen que el acceso transcarotídeo representa una alternativa segura y eficaz a la cirugía en pacientes seleccionados no candidatos a vía transfemoral, con clara ventaja en los resultados tempranos y equivalencia a un año.
COMENTARIO:
El mensaje práctico es contundente, el TAVI transcarotídeo ofrece resultados al menos comparables a la cirugía, e incluso mejores en el postoperatorio inmediato, siempre que se realice en centros con experiencia y liderazgo quirúrgico.Y no hablamos de teoría, los datos proceden del Quebec Heart and Lung Institute, uno de los centros con mayor experiencia mundial en esta vía, donde el procedimiento es liderado por cirujanos en un entorno híbrido y con control quirúrgico completo de la carótida. Un recordatorio de que la técnica funciona cuando se combina precisión, selección y experiencia acumulada.
Más allá del titular, hay matices que merece la pena subrayar:
- Ventaja temprana clara. A 30 días, la morbilidad combinada triplica en cirugía la observada con TC-TAVI (12,6% vs. 4,3%). Las complicaciones posquirúrgicas clásicas (sangrado, FA, lesión renal) penalizan al paciente frágil o con comorbilidad vascular.
- Peaje técnico asumible. El TC exige mayor atención al sistema de conducción y al control del acceso: más marcapasos y complicaciones vasculares, pero sin incremento de ictus (2,7% TC-TAVI vs. 3,8% SAVR). La exclusión sistemática de estenosis >50 % y el dominio quirúrgico del abordaje son claves.
- Eficiencia clíMenor estancia (4 vs. 7 dias), recuperación más rápida y perfil hemodinámico valvular superior. Para un paciente no transfemoral, el TC es hoy la vía que combina seguridad con alta precoz.
- Lo que falta: es un estudio observacional de un solo centro, sin emparejamiento por año, con posible sesgo de selección y sin datos tanto clínicos como de durabilidad por encima del año de seguimiento. El criterio compuesto incluye rehospitalización “relacionada”, un componente blando que puede influir en el beneficio temprano.Aun así, sus resultados aportan una base sólida para considerar el acceso transcarotídeo como alternativa preferente cuando la anatomía femoral no es favorable.
En nuestro centro en A Coruña, con más de 500 TAVI no transfemorales y >210 TC-TAVI recientes, los resultados refuerzan estas conclusiones: mortalidad a 30 días 1,6 %, ictus 0,8 %, complicaciones vasculares 1,6 % y marcapasos 12%, en pacientes de edad media 82 años y puntuación en EuroSCORE II en torno al 7 %. Cifras que, incluso en población más frágil que la del anterior trabajo, igualan o mejoran los resultados del estudio. La clave está en el control quirúrgico del acceso, la planificación precisa de la imagen y la estandarización técnica (en nuestro caso, mayoritariamente con prótesis balón-expandibles SAPIEN 3® o MYVAL®).
No puedo dejar de insistir, desde esta plataforma, en que los cirujanos debemos estar plenamente involucrados en todas las TAVI no transfemorales, especialmente en el acceso transcarotídeo. Tenemos la obligación moral y profesional de participar activamente junto a los hemodinamistas (no en contra de ellos), en un procedimiento que se ha revelado como un auténtico descubrimiento, con resultados excelentes y reproducibles. La creciente evidencia que respalda el TAVI transcarotídeo representa una oportunidad real para que los servicios de cirugía cardíaca en España se impliquen a fondo en esta técnica, que además impulsa la mejora constante de todas las tecnologías transcatéter cada vez más presentes en nuestra práctica: TEVAR, implante percutáneo de dispositivos, asistencias ventriculares, cirugía mínimamente invasiva, entre muchas otras.
El trabajo de Del Portillo et al. confirma que el acceso transcarotídeo no es una vía de rescate, sino una opción de primera línea cuando la anatomía femoral no lo permite. La clave está en la organización y en la formación quirúrgica: equipos entrenados, protocolos claros y medición sistemática de resultados. El reto no es solo tecnológico, sino cultural: entender que la carótida bien gestionada es hoy un camino tan seguro como el transfemoral y, en muchos casos, el mejor para el paciente correcto.
La TAVI transcarotídea simboliza el equilibrio perfecto entre innovación y rigor quirúrgico: una técnica que une lo mejor de ambos mundos y marca el futuro del tratamiento estructural mínimamente invasivo.
REFERENCIA:
Del Portillo JH, Cepas-Guillén P, Kalavrouziotis D, Dumont E, Porterie J, Paradis JM, et al. Transcarotid Versus Surgical Aortic Valve Replacement for the Treatment of Severe Aortic Stenosis. Circ Cardiovasc Interv. 2025 Apr;18(4):e014928. doi: 10.1161/CIRCINTERVENTIONS.124.014928.
