La endocarditis infecciosa (EI) es una enfermedad multifactorial, con una incidencia creciente, que requiere un abordaje médico complejo y multidisciplinario. En los últimos años, el número de pacientes afectados por EI sometidos a cirugía cardíaca ha aumentado exponencialmente. La llegada de los procedimientos y tratamientos endovasculares ha dado lugar a pacientes con mayor morbilidad. La complejidad de esta enfermedad ha generado interés en el estudio de las diferentes modalidades de tratamiento de la EI y sus resultados.
El objetivo de este estudio fue analizar en pacientes que presentaron EI en relación con la conducta terapéutica decidida: conservador grupo C vs. quirúrgico grupo Q. Se trata de un estudio retrospectivo descriptivo basado en el análisis de datos de 10 años, entre enero de 2012 y diciembre de 2021, del Departamento de Cirugía Cardíaca del Hospital Universitario LMU de Múnich, Alemania. Se analizaron datos demográficos, factores de riesgo, antecedentes médicos, estado clínico, datos ecocardiográficos, microbiológicos, morbilidades y resultados.
Durante el período de estudio, fueron admitidos 812 pacientes diagnosticados de EI, de los cuales el 30,7% recibió tratamiento conservador (Grupo C) y el 69,3 % requirió tratamiento quirúrgico (Grupo Q).
La mediana de edad fue de 72 años vs. 67 años (Grupo C vs. Grupo Q). Un mayor número de varones se sometió a cirugía (Grupo C: 77,4 % vs. Grupo Q: 59,8 %) y pacientes del Grupo C requirió mayor ingresó en la UCI (34,5 % vs. 26,5 %). La puntuación EuroSCORE II fue mayor en el Grupo C (5,5 vs. 5,1), mientras que la puntuación EuroSCORE I fue mayor en el Grupo Q (7,6 vs. 12,3). Los criterios de Duke no se cumplieron en algunos pacientes (36,6 %), y estos recibieron tratamiento conservador con mayor frecuencia (42,2 % vs. 34,1 %).
Los pacientes con endocarditis de la válvula aórtica fueron sometidos a cirugía con mayor frecuencia (65,7 % vs. 57,8 %). Los pacientes con endocarditis asociada a implante de válvula aortica transcateter (TAVI) se trataron predominantemente con manejo conservador (Grupo C: 8 % vs. Grupo Q: 3,9 %). Aquellos pacientes con insuficiencia valvular mitral severa fueron sometidos a cirugía con mayor frecuencia (Grupo C: 10 % vs. Grupo Q: 22,2 %), así como también los pacientes con evidencia de formación de abscesos (Grupo C: 7,12 % vs. Grupo Q: 28,1 %), mientras que los pacientes con endocarditis de la válvula tricúspide recibieron tratamiento conservador con mayor frecuencia (8,0 % vs. 4,1 %).
En relación con los microorganismos causantes, un mayor número de pacientes con EI por grampositivos se sometió a cirugía (Grupo C: 72,3 % vs. Grupo Q: 82,1 %), mientras que la causada por microorganismos gramnegativos se trató con mayor frecuencia de forma conservadora (Grupo C: 7,2 % vs. Grupo Q: 4,1 %). Por ejemplo, entre las bacterias grampositivas, los pacientes con EI por Staphylococcus aureus recibieron tratamiento conservador con mayor frecuencia (Grupo C: 33,3 % vs. Grupo Q: 22,7 %), mientras que pacientes con EI estreptocócica fueron tratados quirúrgicamente en mayor porcentaje (Grupo C: 20,5 % vs. Grupo Q: 29,1 %).
Teniendo en cuenta la tasa de mortalidad acumulada, en relación con el tipo de germen, la mayor registrada correspondió con Candida sp. (50,0 %). La mediana de estancia en UCI fue mayor en el Grupo C (8 días vs. 4 días) y, en relación con la mortalidad intrahospitalaria, esta fue también mayor en el Grupo C (20,9 % vs. 12,8 %).
COMENTARIO:
La endocarditis infecciosa representa un importante problema de salud. Su carácter multifactorial, tanto por los diversos factores de riesgo como por la presencia de múltiples condiciones predisponentes, sumado a la resistencia antibiótica en aumento, el avance de los procedimientos endovasculares y a su elevada mortalidad, la convierten en una enfermedad compleja que requiere un enfoque multidisciplinario. Toda esta evolución ha llevado, con el paso de los años, a que un mayor número de pacientes necesiten un abordaje quirúrgico dentro de su tratamiento, otorgando un papel relevante a la cirugía cardíaca.
Este artículo reafirma los datos descriptos en las Guías de Práctica Clínica 2023 de la ESC, así como en investigaciones actuales, subrayando la importancia de un manejo multidisciplinario orientado al diagnóstico precoz para obtener mejores resultados. Se destaca el manejo quirúrgico oportuno de la endocarditis infecciosa (EI), remarcando los criterios observados en las Guías e investigaciones relacionadas con la descompensación hemodinámica y la progresión de la infección. Se evidencia una menor mortalidad intrahospitalaria en el grupo de pacientes sometidos a cirugía. Señalan la alta proporción de EI en pacientes con TAVI manejados de forma conservadora y la mortalidad asociada. No obstante, se destaca la complejidad quirúrgica del explante por la elevada morbimortalidad de estos pacientes, sin descartar la opción quirúrgica cuando esté justificada.
En cuanto a los patógenos causantes, se destaca nuevamente la agresividad de ciertos gérmenes (S. aureus, Candida), la conducta terapéutica adoptada y su relación con el pronóstico y la mortalidad. En relación con los criterios de Duke, se confirman sus limitaciones. Gran parte de este grupo recibió manejo conservador, aunque el estudio no detalla el punto específico de fallo respecto a dichos criterios. Esto refuerza la necesidad de un enfoque multimodal y de un análisis individualizado de cada paciente que permita evitar demoras diagnósticas y, en consecuencia, disminuir la mortalidad hospitalaria.
REFERENCIA:
Saha S, Zauner B, Schnackenburg P, Rizas K, Orban M, Massberg S, Hagl C, Joskowiak D.
The Role of Surgery in Contemporary Infective Endocarditis. European Journal of Cardio-Thoracic Surgery. 2025;67(8):ezaf259. doi:10.1093/ejcts/ezaf259.
