Los Dres. García de la Borbolla, expertos de Viamed en técnicas transcatéter, explican las ventajas de la técnica TAVI, que permite llevar a cabo el implante de manera no invasiva o mínimamente invasiva de una prótesis aórtica por vía transcatéter.
El Hospital Viamed Santa Ángela de la Cruz de Sevilla sigue a la orden del día de los tratamientos más innovadores para mejorar el servicio que ofrece a los pacientes.
Un claro ejemplo de ello es la técnica TAVI (Transcatheter Aortic Valve Implantation) que lleva a cabo la Unidad de Hemodinámica y Cardiología intervencionista del propio hospital, de la cual son responsables los hermanos García de la Borbolla.
Dentro del Servicio de Cardiología, destaca la labor de la Unidad Endovascular, cuya finalidad es realizar el diagnóstico y la intervención terapéutica a través de la introducción percutánea de dispositivos denominados catéteres, que, navegando por arterias o venas mediante control radiológico, llegan a los diferentes órganos o vasos diana y desarrollan su acción.
En este marco, resulta indispensable la técnica TAVI, que, aunque inicialmente permitía que pacientes con riesgo quirúrgico muy alto o prohibitivo pudieran ser intervenidos en el caso de tener alguna la válvula aórtica enferma, en los últimos años se ha ido extendiendo su indicación a pacientes con menor riesgo, siendo ahora de elección para pacientes por encima de 75 años con estenosis aórtica severa.
Ventajas
Se trata de una técnica menos invasiva que hace posible que el paciente reciba el alta mucho más rápidamente, acortando el tiempo de ingreso del paciente, explican desde Viamed.
La cirugía convencional, cuando no hay complicaciones, supone una estancia media de unos 8-10 días, con 3-5 de UCI. Sin embargo, gracias a esta técnica, en Viamed existe la posibilidad de recibir el alta en 48-72 horas (en la mayoría de los casos), con una estancia media de un día en la UCI y otro en planta.
¿Qué la diferencia de la intervención convencional?
El TAVI ha logrado reducir el riesgo que asume el paciente al entrar en quirófano, ya que a través de una punción arterial, que en la mayoría de los casos se hace por vía transfemoral (a nivel inguinal), se canaliza el vaso y avanzando se llega hasta el corazón. A ese nivel, cuando se llega a la altura de la válvula enferma se despliega la válvula siguiendo un proceso similar a la colocación de un stent; es decir, va plegada dentro de un catéter (una estructura en forma de tubo fino).
El procedimiento se controla y realiza mediante la utilización de rayos X. Al desplegarse la prótesis, desplaza la válvula nativa (generalmente muy calcificada y degenerada), con lo que sus restos se quedan «aprisionados» entre la prótesis implantada y la base de la aorta del paciente, esto hace que los mismos restos de la válvula nativa del paciente sirvan de anclaje para la nueva prótesis, detalla el equipo de expertos del Hospital Viamed Santa Ángela de la Cruz de Sevilla.
¿Qué complicaciones presenta?
Por otro lado, los expertos en cardiología intervencionista y Cirugía Cardiovascular de Viamed, explican la otra cara de la moneda y señalan que, en algunos casos, «las complicaciones son raras. Podrían ser locales en el lugar de acceso y a nivel cardiaco».
En este sentido, detallan que «la mayoría de los procedimientos se realizan por vía femoral. Ello permite que se trabaje mediante una punción, sin necesidad de realizar ninguna incisión.
Por otra parte, entre un 5 y un 10% de los pacientes que se realizan sustitución valvular clásica o TAVI puede requerir implante de marcapasos. Este porcentaje es algo superior en algunos modelos de válvulas TAVI.
Finalmente, los Dres. García de la Borbolla aseguran que, «en líneas generales, el recambio valvular aórtico mediante la técnica TAVI ha sido una revolución en este procedimiento, que lo ha simplificado bastante y que progresivamente van a beneficiarse más pacientes».