La medicina cardiovascular, caracterizada por turnos prolongados, altos niveles de estrés y demandas físicas considerables, aumenta el riesgo de agotamiento y problemas de salud entre profesionales del área. A pesar de los beneficios ampliamente documentados del ejercicio regular, como la mejora de la salud cardiovascular, la reducción de la ansiedad y el aumento de la función cognitiva, los cirujanos y cardiólogos intervencionistas suelen enfrentar barreras significativas para incorporar estas prácticas en su rutina diaria. La falta de acceso a gimnasios, la fatiga acumulada y los horarios irregulares son solo algunos de los factores que dificultan mantener un estilo de vida saludable.
Este artículo revisado ofrece una guía práctica basada en la experiencia de sus autores para implementar rutinas de ejercicio y planes de nutrición adaptados a las necesidades y limitaciones de los cirujanos cardiovasculares e intervencionistas. Las rutinas incluyen ejercicios de estiramiento específicos, como inclinaciones del cuello, movilización de hombros o de musculatura pectoral/intercostal, estiramientos de la parte superior de la espalda y ejercicios de relajación ocular. También se presentan dos regímenes de entrenamiento físico: uno sin equipo, que incluye ejercicios como flexiones, sentadillas, planchas, zancadas, escaladores y burpees; y otro con equipo básico, que incorpora movimientos funcionales con mancuernas y pesas rusas. El plan nutricional se centra en la planificación anticipada de comidas ricas en proteínas magras y vegetales frescos, complementado con hidratación adecuada. Estas estrategias, si se adoptan correctamente, pueden promover el bienestar físico y mental, reducir el riesgo de agotamiento y mejorar el rendimiento laboral de este grupo profesional.
Los autores concluyen que la implementación de programas estructurados de bienestar, que incluyan rutinas de ejercicio prácticas y estrategias de alimentación basadas en evidencia, puede fomentar una mejor salud física y mental en cirujanos cardiovasculares y cardiólogos intervencionistas. Además, resaltan la importancia de promover una cultura institucional que apoye estas iniciativas para reducir el agotamiento, mejorar el equilibrio entre la vida laboral y personal y garantizar una atención médica de alta calidad.
COMENTARIO:
Los ejercicios de estiramiento específicos propuestos son una herramienta valiosa para aliviar tensión acumulada y prevenir lesiones musculoesqueléticas comunes. La rutina sin equipo resulta ideal para espacios reducidos, mientras que la rutina con equipo permite un entrenamiento más completo al incorporar pesas y movimientos funcionales. En cuanto a la nutrición, el enfoque en la planificación anticipada y la hidratación adecuada es esencial para mantener el rendimiento durante las largas jornadas laborales.
Los estiramientos, como la inclinación del cuello y los círculos de hombros, abordan el dolor crónico asociado al uso de equipos pesados y posturas mantenidas. La rutina sin equipo es eficiente para incorporar actividad física en tiempos limitados, mientras que el uso de equipo básico en la segunda rutina permite mayor variedad y adaptabilidad según el nivel de condiciones física. Estas estrategias son sencillas de implementar y no requieren recursos significativos.
Además, el artículo podría haber ahondado más en soluciones prácticas para superar barreras comunes. Por ejemplo, sugerir cómo integrar el ejercicio en la rutina diaria mediante actividades como usar las escaleras del hospital, realizar estiramientos durante pausas quirúrgicas o aprovechar aplicaciones móviles para monitorizár la actividad física. En cuanto a la nutrición, también sería útil incluir estrategias para seleccionar alimentos saludables en el entorno hospitalario o gestionar el tiempo para cocinar.
El artículo se basa principalmente en la experiencia personal de los autores, lo que limita la generalización de sus hallazgos. Además, carece de validación empírica o resultados cuantitativos que respalden la eficacia de las estrategias propuestas. También podría profundizar más en la individualidad de las necesidades de los profesionales, considerando cómo adaptar las recomendaciones según la edad, condición física y preferencias personales. La inclusión de técnicas como mindfulness o meditación podría complementar las estrategias propuestas al abordar también el bienestar mental y emocional.
Este trabajo subraya la importancia de priorizar la salud y el bienestar en un campo tan exigente como la cirugía y el intervencionismo cardiovascular. Aunque las estrategias presentadas son un excelente punto de partida, requieren validación empírica para ser consideradas guías definitivas. Además, sería valioso fomentar un cambio cultural en las instituciones. Esto podría lograrse mediante la creación de espacios de descanso y ejercicio en hospitales, la organización de talleres sobre hábitos saludables y la promoción de políticas que faciliten la conciliación entre la vida laboral y personal. Estas acciones no solo beneficiarían a los profesionales, sino que también mejorarían la calidad de la atención médica ofrecida.
REFERENCIA:
Colon S, Ahmed A, Hameed I. The heart is a muscle: on-call fitness guide for the busy cardiovascular surgeon and interventionalist. European Heart Journal. 2024;45:4878-4880. doi:10.1093/eurheartj/ehae676