Obituario Dr. Castells

IN MEMORIAM

El Dr. Eduardo Castells Cuch, miembro emérito  de la Cirugía Cardiovascular Catalana y Española, nos ha dejado el pasado 22 de febrero a los 80 años.

Eduardo Castells nació el 1940 en Barcelona. Hijo de médico se sintió, desde pequeño, llamado a seguir el mismo camino profesional de su padre. Cursó sus estudios en la Facultad de Medicina de Barcelona donde se licenció en 1964. Durante este período de su formación se sintió atraído por la cirugía y tuvo los primeros contactos con esta disciplina en el Hospital Clínico como alumno interno del Servicio de Urgencias. Posteriormente siguió su formación quirúrgica en el Servicio de Cirugía General del Dr. Masferrer en la Quinta de Salud La Alianza de la mano del Dr. Miguel Puig Massana iniciando con él, al que siempre consideró su maestro, una colaboración estrecha que se mantuvo a lo largo de toda su vida profesional.

Fruto de esta simbiosis, siguiendo los pasos de su maestro, se interesó por una nueva especialidad emergente, la cirugía cardiovascular. Realizaron, bajo los auspicios del Dr. Masferrer en la Quinta de Salud La Alianza las primeras intervenciones de Cirugía Cardíaca Cerrada con resultados satisfactorios lo que les llevo a proponerse realizar intervenciones de mayor envergadura y complejidad como eran las de corazón abierto.

Movido por sus ansias de aprender y su innata inquietud científica se dedicó a prepararse para poder ejercer esta nueva especialidad y para conseguirlo comenzó su formación en Cardiología Clínica y Hemodinámica para de esta forma obtener unos sólidos conocimientos de esta especialidad íntimamente ligada a la Cirugía Cardíaca. Posteriormente al no haber por aquel entonces en nuestro país centros que practicaran de manera prioritaria esta especialidad se fue a Lyon (Francia) para integrarse en el equipo de Cirugía Cardiovascular de los Dres. Santy y Michaud en el Hôpital Edouard Herriot. Además de al adiestramiento quirúrgico dedicó una especial atención al  aprendizaje del manejo de la circulación extracorpórea.

Una vez vuelto a Barcelona siguió con su formación quirúrgica pero cada vez más enfocado a la Cirugía Cardíaca. Para progresar en ella realizó estancias en distintos centros europeos como el del Dr. Dubost en París y de los Dres. Ross y Yacoub en Londres.

En 1966 el Dr. Puig Massana fue nombrado Jefe de Servicio de Cirugía Cardiovascular  del Centro Quirúrgico San Jorge. Centro Monográfico dedicado a las enfermedades cardiovasculares que adelantándose a su tiempo tenía como prioridad crear una unidad médico-quirúrgica capaz de ofrecer a los pacientes cardiológicos una atención global. Así pues el Dr. Puig Massana se trasladó con todo su equipo en el cual el Dr. Castells era uno de sus colaboradores más cualificados. En pocos años el Servicio de Cirugía Cardíaca de este centro se convirtió en uno de los centros pioneros más importantes del país homologable a los servicios más prestigiosos de los países de nuestro entorno.

Integrado dentro del “staf” de dicho centro su inquietud investigadora le llevo a responsabilizarse de un recién creado laboratorio de cirugía experimental donde trabajó en perfeccionar las técnicas de circulación extracorpórea y los homoinjertos valvulares. Al mismo tiempo para incrementar bagaje quirúrgico consiguió ser admitido, por el período de un año como “Fellowship”, en el Servicio de Cirugía Cardiovascular del Dr. D. A. Cooley en el “Texas Heart Institut” de Houston U.S.A

En 1973 se trasladó al Hospital de Bellvitge, por aquel entonces Residencia Príncipes de España, para incorporarse a un nuevo Servicio denominado de Patología del Corazón que integraba tanto Cardiología como Cirugía Cardíaca, una idea sumamente innovadora para la época, que posteriormente fue implantada, con el nombre de Institutos Cardiovasculares, en numerosos hospitales de nuestro país. Desempeño el cargo de Jefe de Sección de Cirugía Cardíaca durante 17 años hasta la jubilación en 1990 del Dr. Puig Massana en que, por concurso oposición, logró la plaza de Jefe de Servicio.

En 1979, participó junto con otros cirujanos cardiacos catalanes, en la fundación de la “Societat Catalana de Cirurgía Cardiaca” siendo elegido Presidente y por ello encargado de organizar el Primer Congreso de dicha “Societat”. Lo llevo a cabo con eficacia logrando una gran difusión dentro del colectivo de la Cirugía cardíaca europea y mundial lo que se evidenció por la asistencia de numerosos especialistas de diversos países.

Como nuevo Jefe de Servicio de Cirugía Cardíaca del Hospital de Bellvitge logró implementar el programa de Trasplante cardíaco de Asistencia Circulatoria Mecánica. Su conocida tenacidad, tanto en el trabajo diario como en sus relaciones con los órganos de gestión sanitaria, hizo posible que en 1992 se realizara el primer trasplante cardíaco en el Hospital, al mismo tiempo que el tratamiento de la Insuficiencia Cardíaca aguda mediante la Asistencia Circulatoria Mecánica.

En los años siguientes logra, además de incrementar de una manera importante la actividad quirúrgica habitual, desarrollar los dos programas hasta llevarlos, en el caso del trasplante, a igualar y muchas veces superar en número y resultados a los principales hospitales españoles y en cuanto a la Asistencia Circulatoria Mecánica ser centro de referencia a nivel de Cataluña. Es necesario poner en valor el aporte personal ingente e impagable que el Dr. Castells llevo a cabo en estos primeros años ya que es conocido y reconocido por todos sus colaboradores la total dedicación que le hacía estar todos los días del año y a cualquier hora a disposición del equipo.

Sirva como muestra de ello la siguiente anécdota. En el Congreso Nacional de la Especialidad en Oviedo recibimos el aviso de que había un donante compatible y se había aceptado para trasplante. Inmediatamente contactó conmigo y me dijo, y cito textual, “como no hay otro sistema de transporte creo que uno de nosotros dos debería fletar un taxi para desplazarnos inmediatamente a Barcelona”. Después de una pequeña conversación y con el apoyo de la Dra. Álvarez de Toledo Jefa de anestesia y esposa del Dr. Castells logramos hacerle desistir y reconocer que había sido una reacción refleja y más sabiendo que el equipo de Barcelona estaba perfectamente capacitado para realizar el trasplante

En el año 2002, opositó y logró el cargo de Profesor titular de Cirugía con la adscripción a Cirugía Cardiaca de la Unidad Docente del Hospital de Bellvitge de la Universidad de Barcelona En el 2007 realizó la implantación del primer ventrículo izquierdo permanente en el país con un resultado excelente. Al frente de su equipo siguió su actividad asistencial y docente hasta el 2011, año de su jubilación.

Al jubilarse abandonó toda actividad médica, se refugió pintura y en actividades solidarias. Colaboró estrechamente con la “Associació de Discapacitats visuals de Catalunya” aportándoles no solo su experiencia en cuanto a tareas organizativas sino también proporcionándoles múltiples contactos médicos y paramédicos que les han permitido crecer y expandirse.

Si importante ha sido su vertiente quirúrgica y científica no lo es menos su faceta humana, era una persona afable y cercana dispuesta siempre a apoyarte y ayudarte. Su personalidad estaba marcada por su tenacidad que le hacía no abandonar un proyecto o un enfermo hasta estar seguro de que no existía ninguna posibilidad. Era un devoto de su familia pero sobre todo de su mujer Mari Carmen a la que conoció en un quirófano y compartió con ella no solo la vida cotidiana sino horas y horas de trabajo. Han vivido una dilatada y feliz vida en común

Su gran humanidad le hizo muy querido de sus pacientes llegando a ser para todos ellos un referente obligado como le demostraron incluso después de cesar en su actividad quirúrgica. Todos sus colaboradores y amigos, hemos considerado un privilegio haber trabajado con el Dr. Castells habiéndose creado una relación tan profunda de afecto que nos ha hecho sentir grandemente  su perdida. .Sirva este recuerdo de su trayectoria profesional y humana como reconocimiento a toda una vida dedicada a la cirugía cardiovascular.

Descanse en paz.

Dr. Emili Saura