A día de hoy han nacido más de 10 millones de niños en el mundo gracias a las técnicas de reproducción asistida (TRA). Según el país que se evalúe, esto puede suponer entre un 2% hasta un 8% de los embarazos. Estas técnicas no están exentas de riesgo y existe abundante literatura sobre el aumento de nacimientos pretérminos o de bajo peso derivado de su empleo. Asímismo, varios metanálisis han objetivado un aumento de un 30 a 70% en la incidencia de defectos congénitos empleando estas técnicas.
El estudio de hoy pretende responder la pregunta sobre la asociación entre el empleo de TRA y el riesgo de padecer una cardiopatía congénitas (CC) severa. Para ello revisaron los registros nacionales de TRA, de nacimiento, de pacientes y de fallecidos de Dinamarca (1994-2014), Finlandia (1990-2014), Noruega (1984-2015) y Suecia (1987-2015). Como evento primario evaluaron el diagnóstico de cardiopatía severa desde el nacimiento hasta el año de vida (Dinamarca, Finlandia y Suecia) o solamente durante el nacimiento (Noruega). Se evaluó si dicha cardiopatía severa correspondía a las mencionadas en la clasificación de Botto o de una lista de 16 cardiopatías severas evaluadas previamente en distintos estudios epidemiológicos. La asociación de TRA y CC se estudió mediante un análisis de regresión logística multivariable con ajuste de factores confusores.
Durante el periodo evaluado, se registraron 7,7 millones de nacidos vivos, de los cuales 171.735 (2,2%) nacieron mediante TRA. Se detectó una CC severa en 3.159 niños nacidos (1,84%) mediante TRA (OR = 1,36). Los niños concebidos con TRA eran más frecuentemente prematuros (< 37 semanas; 18,3% vs. 5,8%), de bajo peso (<2500 g; 16% vs. 4,2%). Las mujeres que emplean estas técnicas eran más añosas (>35 años; 40,4% vs. 16,3%) y primíparas (67,9% vs. 41,8%). Los factores de riesgo para padecer una CC severa fueron la presencia de diabetes pregestacional materna (OR = 2,72) y el antecedente materno de padecer un CC (OR = 3,8). Asímismo, se vio que el riesgo de padecer un CC se daba más en los embarazos múltiples, independientemente de si se había empleado TRA o no. No se encontraron diferencias de riesgo según la técnica de TRA empleada.
Los autores concluyeron que existe un incremento de riesgo de padecer una CC severa tras el empleo de TRA. No obstante, la incidencia de esta condición sigue siendo rara. El aumento de riesgo es modesto y en parte debido a embarazos múltiples que se ven con mayor frecuencia tras el empleo de TRA.
COMENTARIO:
Los defectos cardíacos son las anomalías que más frecuentemente se detectan durante el embarazo. La importancia de este estudio radica en que cada vez es más frecuente el empleo de estas TRA para la gestación. La actual situación socioeconómica así como la laboral obligan a muchas parejas a postergar sus planes reproductivos.
Las TRA implica la manipulación in vitro de óvulos, esperma y embriones. La técnica más común es la fertilización in vitro, lo cual implica una estimulación hormonal, recogida de óvulos, fertilización, incubación en un medio de cultivo, estudio genético preimplantacional y transferencia intrauterina. Si existe infertilidad masculina, se requiere realizar una selección espermática y posteriormente la inyección del esperma en el citoplasma. Se pueden emplear gametos, cigotos o embriones criopreservados. Todo este proceso se realiza en las etapas tempranas y críticas del desarrollo embrionario.
El estudio de hoy es el más grande que evalúa la TRA en el contexto de la CC. Nos muestra un incremento de un 30% del riesgo de padecer un CC severa empleando las TRA. No obstante, resulta incongruente que el estudio no sea capaz de encontrar diferencias en las siguientes cuestiones: sólo se observó el incremento de CC severa en TRA en los embarazos únicos, en los múltiples este riesgo desaparecía. No se encontraron diferencias entra la técnica empleada, ni si quiera con la inyección citoplasmática del esperma que requiere más manipulación de los gametos. Tampoco se vieron diferencias con respecto al tipo de embrión empleado, tanto si era criopreservado o no. Todas estas incongruencias son debidas a las limitaciones de este tipo de estudios. El talón de Aquiles de este estudio en concreto, es la ausencia de información sobre los abortos espontáneos, inducidos y nacidos muertos. Este dato relevante afecta seriamente a la validez interna de los resultados.
Estudiar sólo los nacidos vivos puede generar confusión. Las parejas que emplean TRA son personas muy motivadas con seguir con su embarazo incluso cuando se detecten defectos congénitos. Muchas de estas pareja han hecho una inversión económica importante para poder optar por estas TRA, que son caras. Asímismo, son parejas que llevan tiempo intentando quedarse embarazados. Por otro lado, el embarazo empleando TRA tiene mayor control perinatal por lo que hay más oportunidad de detectar defectos congénitos durante el proceso. A todo esto hay que añadir que la población que emplea las TRA es distinta, las parejas son mayores por lo que la incidencia de diabetes pregestacional es mayor.
En conclusión, aunque este estudio nos muestre que hay una posible asociación entre TRA y la CC severa, no sabemos el mecanismo que causa dicho aumento. Se necesitan diseñar estudios específicos que tengan en cuenta la tasa de abortos para poder emitir una conclusión más solida. Es fundamental que todos los países tenga registros sobre las TRA vigentes, con protocolos consensuados sobre la evaluación y selección de gametos. Ya que éstos embriones que aun no han nacido, representaran un porcentaje importante de nuestra población futura y su salud dependerá de las acciones que tomemos ahora.
REFERENCIA:
Sargisian N, Petzold M, Furenäs E, Gissler M, Spangmose AL, Malchau et al. Congenital heart defects in children born after assisted reproductive technology: a CoNARTaS study. Eur Heart J. 2024 Sep 26;45(45):4840–58. doi: 10.1093/eurheartj/ehae572.