El soporte circulatorio mecánico (MCS) ha sido una herramienta crucial en el tratamiento del shock cardiogénico en adultos. Dispositivos como la bomba de flujo microaxial Impella® (Abiomed®) se han consolidado como opción de soporte temporal, especialmente en contextos como procedimientos de alto riesgo o como puente a decisiones terapéuticas definitivas. Sin embargo, su aplicación en la población pediátrica sigue siendo escasa, limitada a reportes aislados o estudios retrospectivos pequeños y heterogéneos.
En pacientes pediátricos, las opciones estándar ante shock cardiogénico o síndrome de bajo gasto suelen ser la oxigenación por membrana extracorpórea venoarterial (VA-ECLS) o la implantación de dispositivos de asistencia ventricular (VAD) como el Berlin Heart Excor® o HeartMate 3®. No obstante, estas estrategias implican procedimientos invasivos, riesgos quirúrgicos importantes, estancias prolongadas en cuidados intensivos, y limitaciones en cuanto a la movilidad del paciente.
La Impella®, por su diseño menos invasivo y requerimiento de un solo acceso arterial, podría ofrecer una alternativa valiosa para ciertos subgrupos pediátricos (especialmente en aquellos con múltiples esternotomías previas o candidatos a trasplante cardíaco) al evitar procedimientos más agresivos.
En este estudio, se incluyeron a seis pacientes menores de 18 años tratados entre agosto de 2022 y marzo de 2024 en el Deutsches Herzzentrum der Charite. Las edades oscilaron entre los 3 y 17 años, con pesos corporales entre 12 y 115 Kg y superficies corporales de 0.57 a 2.4 m². Todos los pacientes se encontraban en situación de shock cardiogénico, clasificados como INTERMACS nivel 2 o 3. La etiología de la insuficiencia cardíaca fue diversa: miocardiopatía dilatada, rechazo agudo post-trasplante, miocarditis fulminante y fallo cardíaco postoperatorio tras cirugía por endocarditis.
La elección del dispositivo (Impella 2.5, CP o 5.5®) se realizó en función de la superficie corporal del paciente. En todos los casos, el implante fue quirúrgico, mediante injertos protésicos axilares, técnica que permitió evitar el acceso femoral y redujo el riesgo de isquemia distal. La duración del soporte osciló entre 4 y 45 días (mediana de 7 días), con monitorización ecocardiográfica diaria para optimizar el posicionamiento del dispositivo y guiar el proceso de retirada. Se analizaron como eventos la mortalidad hospitalaria, los sangrados, las complicaciones neurológicas, hemólisis y las infecciones asociadas a sitio de implante o sepsis secundaria al dispositivo.
Los resultados clínicos fueron altamente alentadores. Dos pacientes lograron recuperación completa de la función ventricular y fueron retirados exitosamente del soporte. Otros tres fueron destinados a asistencia ventricular izquierda de largo plazo (HeartMate 3®), lo cual les permitió continuar el proceso de espera para trasplante en su domicilio. El sexto paciente fue trasplantado directamente tras 45 días de soporte con Impella®.
En cuanto a los eventos asociados a la seguridad. No se reportaron muertes hospitalarias, eventos neurológicos ni isquemia de extremidades superiores. Se registró un caso de hemólisis mayor, sin daño orgánico asociado, y una infección del injerto axilar tras el trasplante en uno de los pacientes, resuelta sin complicaciones. Estos datos son comparables a las tasas de eventos adversos reportadas en estudios con pacientes adultos, e incluso inferiores en algunos parámetros.
COMENTARIO:
Este estudio ofrece una contribución importante al incipiente cuerpo de evidencia sobre el uso de Impella® en niños y adolescentes. A pesar de su tamaño limitado, ilustra cómo el dispositivo puede ofrecer una solución viable en escenarios clínicos complejos, tanto como puente a decisión, recuperación, asistencia ventricular o trasplante. Uno de los aspectos más valiosos de esta serie es la individualización del enfoque terapéutico, con decisiones tomadas por equipos interdisciplinarios que consideran no solo parámetros hemodinámicos, sino también el pronóstico funcional, el historial quirúrgico y la disponibilidad de órganos para trasplante.
Un caso particular merece mención: un adolescente de gran envergadura física no logró la estabilización clínica con Impella 5.5® debido a demandas metabólicas elevadas y arritmias frecuentes. Esta experiencia subraya los límites actuales del dispositivo en contextos de alta demanda hemodinámica, e indica que el tamaño corporal no debe ser el único criterio de selección.
También destaca la ventaja quirúrgica de la técnica de implante axilar, que minimiza complicaciones isquémicas, facilita la movilización y evita re-esternotomías. Esta estrategia podría ser clave para establecer un protocolo estandarizado de implantación pediátrica, y contrasta con abordajes femorales más tradicionales, menos seguros en este grupo etario.
Finalmente se puede concluir que en cuanto a la experiencia inicial con dispositivos Impella® en Pediatría, aunque limitada, demuestra que su uso es técnicamente viable, clínicamente seguro y potencialmente eficaz en pacientes cuidadosamente seleccionados. Este enfoque representa una alternativa real al soporte extracorpóreo convencional, y podría redefinir la forma en que los equipos médicos abordan el shock cardiogénico infantil, en especial como puente a terapias más definitivas. La expansión de esta estrategia dependerá de la evolución tecnológica de los dispositivos y del fortalecimiento de la evidencia clínica en poblaciones pediátricas.
REFERENCIA:
Kuschnerus K, Potapov E, Lanmüller P, Starck C, Cho MY, Photiadis J. First results of the ‘Deutsches Herzzentrum der Charite’ paediatric impella cohort. Eur J Cardiothorac Surg. 2025 May 6;67(5):ezaf019. doi: 10.1093/ejcts/ezaf019.